Mathieu Grujicic deja el Barça para jugar en Ohio State, otra fuga de talento del Barça a la NCAA

El FC Barcelona pierde a otro talento de su cantera. Mathieu Grujicic, de solo 18 años, se marcha a la Universidad de Ohio State, atraído por las condiciones competitivas y económicas que ofrece el baloncesto universitario estadounidense.

Según informa el periodista Rupert Fabig, el escolta alemán jugará la próxima temporada en la Universidad Estatal de Ohio con los Buckeyes.

El baloncesto europeo vuelve a perder una de sus promesas más interesantes. Mathieu Grujicic, alero de 18 años con nacionalidad alemana y formación reciente en la cantera del FC Barcelona, ha decidido dar el salto a Estados Unidos y enrolarse en el programa de Ohio State University. Su marcha es un nuevo capítulo en el fenómeno creciente de jóvenes talentos que optan por la NCAA como trampolín hacia el profesionalismo.

Grujicic aterrizó en la disciplina azulgrana en 2023 procedente del ALBA Berlín. Su proyección llamó pronto la atención, y aunque su participación con el primer equipo ha sido testimonial —apenas tres partidos en la Liga Endesa y dos en la Euroliga—, su perfil no ha pasado desapercibido para los reclutadores universitarios. El Barça, como marca la normativa, recibirá una compensación formativa, pero pierde por completo los derechos sobre el jugador.

La elección de Ohio State no es casual. La universidad ofrece un entorno competitivo de alto nivel, pero también algo que en Europa sigue siendo una asignatura pendiente: la posibilidad de ingresos personales. Gracias a las reglas NIL (nombre, imagen y semejanza), Grujicic podrá firmar acuerdos de patrocinio y explotar su marca personal desde el primer día. Un atractivo difícil de igualar incluso para clubes de élite en el Viejo Continente.

Casos como el suyo no son aislados. Kasparas Jakucionis y Dame Sarr, también formados en la cantera azulgrana, tomaron caminos similares en los últimos tiempos. La tendencia es clara: los proyectos más prometedores buscan en la NCAA no solo desarrollo deportivo, sino también estabilidad financiera temprana.

Mientras las grandes potencias europeas como el Barça tratan de retener talento con minutos y proyectos a largo plazo, la NCAA continúa consolidándose como el destino preferido para los jóvenes que buscan algo más que baloncesto: un modelo rentable y con visibilidad global.