Hiopos Lleida saca los colores al Barça en el Palau (86-91)

El Barça tuvo momentos de reacción, pero volvió a naufragar en defensa y regaló el triunfo a un rival con hambre

Barcelona y Lleida regalaron un duelo de ida y vuelta que terminó con el Barça de Peñarroya sorprendido en su propio feudo. Un Hiopos atrevido, valiente y respaldado por una masiva presencia de aficionados en el Palau logró imponerse y dejar claro que los azulgranas aún deben encontrar consistencia para competir en este arranque liguero.

El Barça de Joan Peñarroya sufrió una dura bofetada en el Palau Blaugrana al caer por 86-91 frente al Hiopos Lleida en la segunda jornada de la Liga Endesa. Dos derrotas consecutivas marcan un inicio preocupante para los azulgranas, que volvieron a evidenciar sus carencias defensivas ante un rival decidido y sin complejos.

Desde el salto inicial, el Lleida mostró ambición y personalidad. Un parcial de 0-7 castigó la falta de control defensivo del Barça, que tardó en ajustar su intensidad. El conjunto visitante, muy arropado por cientos de aficionados desplazados desde Ponent, convirtió el Palau en un escenario dividido: los cánticos y el aliento de la hinchada del Hiopos se hicieron notar desde el primer minuto, aportando una energía que impulsó a los de Gerard Encuentra durante todo el encuentro.

El Barça, por su parte, buscó respuestas ofensivas con destellos de Shengelia y Punter, consiguiendo equilibrar el marcador por momentos, pero sin lograr el control del partido. El primer cuarto se cerró 21-25, y el segundo período confirmó el dominio visitante: Lleida llegó a gozar de +13 (25-38), aprovechando las desconexiones defensivas y pérdidas locales. Solo un arreón final antes del descanso (43-48) permitió a los azulgranas seguir en la pelea.

El tercer cuarto fue el mejor tramo del Barça. Subió líneas, recuperó ritmo y, con más agresividad, logró entrar al último parcial por delante (65-63). Sin embargo, la ilusión duró poco. En el último cuarto, el Lleida volvió a exhibir carácter y acierto, firmando 28 puntos en diez minutos y castigando cada error defensivo azulgrana.

El tramo final fue un reflejo del partido: el Barça, con talento ofensivo pero sin equilibrio, y un Lleida intenso, solidario y confiado. Shengelia (20 puntos) y Punter sostuvieron a los de Peñarroya, pero el conjunto ilerdense supo cerrar el partido con temple y madurez.

Más allá del resultado, la sensación es que el Barça mostró su potencial ofensivo y su capacidad para reaccionar, pero también que aún no alcanza el nivel competitivo que necesita para dominar los partidos. La defensa volvió a dejar demasiadas dudas, con lagunas en las ayudas, desajustes en las rotaciones y una falta de contundencia impropia de un aspirante al título.

El Palau vivió una mañana atípica: el Barça cayó, y los aficionados del Hiopos Lleida celebraron una victoria histórica como si estuvieran en casa. Un golpe simbólico y deportivo que deja claro que el conjunto azulgrana necesita más solidez y compromiso atrás si quiere evitar que su fortaleza se convierta en territorio conquistable.