Desde el salto inicial, quedó claro que Fenerbahçe tenía un plan: marcar el tempo del partido y no permitir que Paris encontrara su ritmo ofensivo. En el primer cuarto, los locales salieron con intensidad, imponiendo una defensa agresiva en primera línea y negando las líneas de pase, lo que obligó a los parisinos a recurrir a soluciones forzadas. El parcial de 29-20 al cierre de los primeros diez minutos fue un reflejo del control ejercido por los turcos.

El conjunto francés, liderado por TJ Shorts II, buscaba oxígeno en el juego de bloqueo y continuación, pero la estructura defensiva del Fenerbahçe, basada en cambios automáticos y ayudas bien sincronizadas, lo dejó sin espacios ni opciones claras. Cada recuperación defensiva se convertía en una transición letal: Devon Hall, Tarik Biberovic o Hayes-Davis ejecutaban con precisión quirúrgica, llevando el balón a zonas donde la defensa rival aún no se había posicionado.

El segundo cuarto fue un recital ofensivo por parte del equipo turco. Movimientos sin balón, lectura inteligente de los espacios y una circulación fluida del esférico desembocaron en tiros liberados, muchos de ellos desde la línea de tres, con un acierto que minó la moral del equipo visitante. La ventaja se estiró hasta el 61-38 al descanso, y aunque quedaban veinte minutos por jugarse, la sensación en la cancha era de sentencia anticipada.

Fenerbahce se impusieron en la pintura, dominando el rebote en ambas zonas. Cada rebote ofensivo ganado era una segunda vida para el ataque local; cada rebote defensivo, una oportunidad de correr.

En la segunda mitad, Jasikevičius rotó el banquillo sin perder control ni energía. La defensa siguió siendo intensa, aunque con menos riesgo. Paris Basketball buscó soluciones en el uno contra uno y en acciones de aislamiento, pero siguió encontrándose con una muralla. El tercer cuarto se cerró con un más parejo 14-19 para los franceses, que lograron maquillar el resultado sin generar verdadero peligro.

Ya en el último parcial, Fenerbahçe administró la ventaja con oficio y serenidad. El marcador final de 89-72 no solo certifica la victoria, sino que reafirma la candidatura del equipo turco a levantar la Euroliga.

Con el 2-0 en el bolsillo, Fenerbahçe viajará a la capital francesa con la oportunidad de cerrar la serie. La presión ahora recae completamente sobre los hombros del Paris Basketball, que deberá cambiar radicalmente su enfoque táctico si quiere revertir la situación. Necesitan más creatividad en ataque, más energía defensiva y, sobre todo, más confianza para competir ante uno de los gigantes del continente.

La serie ahora se traslada al Adidas Arena, donde Paris buscará sobrevivir. Pero si algo dejó claro este segundo duelo es que Fenerbahçe no solo quiere estar en Berlín: quiere llegar como favorito