AS.Mónaco 97-80 Barça Basket | Crónica Game 1 Playoff Euroliga

Golpe de realidad para el Barça en Mónaco (97-80). Superado en ritmo, táctica e intensidad, cae con dureza en el primer asalto, pero aún tiene margen para reaccionar y redimirse en la serie.

El FC Barcelona sufrió una dura derrota en su estreno en los cuartos de final de la Euroliga, superado de principio a fin por un AS Mónaco que no solo dominó el marcador (97-80), sino que también impuso el ritmo, la intensidad y la lectura táctica del juego. Fue una exhibición colectiva del equipo monegasco ante un Barça irregular, incapaz de sostener la concentración ni la estructura defensiva durante los 40 minutos.

El partido comenzó con cierta igualdad. Kevin Punter y Mike James asumieron galones en los primeros compases, manteniendo el duelo parejo. El Barça llegó a estar por delante (11-16), gracias a un Youssoupha Fall dominante bajo los tableros y cierta pasividad inicial del Mónaco. Sin embargo, cinco pérdidas de balón de los azulgranas en el primer cuarto ya encendían luces de alerta: los de Peñarroya no lograban fluidez ofensiva ni control de balón, mientras que Mónaco, con apenas una pérdida en ese mismo tramo, mostraba mayor disciplina táctica.

Lo que vino en el segundo cuarto fue un punto de inflexión brutal. El Mónaco desató un parcial de 21-2 que dinamitó el partido. El Barça tardó más de seis minutos en anotar una canasta en juego. Elie Okobo asumió el liderazgo de los locales con ritmo, verticalidad y acierto desde el exterior, ante una defensa culé completamente desbordada. El tiro exterior fue una pesadilla para los visitantes —con porcentajes muy pobres— y la circulación de balón, prácticamente inexistente. Los azulgranas eran predecibles, sin juego entre líneas, sin bloqueos efectivos y con una defensa que ni presionaba ni recuperaba.

Aun así, cuando todo parecía perdido antes del descanso, llegó una inesperada reacción catalana. Un parcial de 3-15 liderado por Fall y Brizuela devolvió algo de esperanza al equipo. Fall, en particular, firmó una primera parte sobresaliente: 9 puntos sin fallo y 9 rebotes para una valoración de 18 que maquillaba un panorama sombrío. El marcador al descanso (44-42) fue un premio inesperado para un Barça que, pese a todo, seguía con vida.

Sin embargo, la segunda parte confirmó lo que el juego ya venía insinuando. Mónaco volvió del vestuario con una marcha más y retomó el control total del encuentro. Okobo siguió haciendo daño desde el perímetro y Daniel Theis emergió como un factor clave en el poste bajo. El Barça, en cambio, ofreció una versión errática: Jabari Parker fue intrascendente, Willy Hernangómez no encontró su sitio y las pérdidas siguieron castigando cada intento de remontada. Ni los ajustes defensivos ni los cambios de rotación surtieron efecto. La frustración creció a medida que se ampliaba la ventaja local, y lo simbólico llegó en el último cuarto: Tomas Satoransky, uno de los líderes del vestuario, fue descalificado tras cometer una antideportiva sin sentido, reflejo del desorden mental y táctico del equipo.

El Mónaco fue superior en todos los aspectos: lectura del partido, ejecución ofensiva, esfuerzo colectivo y manejo emocional. Supo cuándo golpear, cómo castigar al rival y tuvo una rotación más profunda y conectada. El Barça, por su parte, vivió de arreones y no encontró un plan B cuando su propuesta inicial se derrumbó. Le faltó dirección, cohesión y dureza mental.

Con este triunfo, el conjunto del Principado se adelanta 1-0 en la serie y deja a los de Peñarroya contra las cuerdas de cara al segundo encuentro, también en el Salle Gaston Médecin. Si el Barça quiere regresar al Palau con opciones reales de pasar, deberá reconstruirse en apenas 48 horas. No bastará con ajustar detalles: necesitará redefinir su identidad competitiva.