Sin intensidad ni ritmo, el Barça se vio superado por Zalgiris y su entrenador, Joan Peñarroya, pidió una reacción inmediata. “El vestuario está tocado, pero no hay excusas”, reconoció el técnico tras una noche en la que su equipo nunca logró competir.
El Palau Blaugrana vivió una de esas noches en las que nada sale bien. El Barça cayó ante el Zalgiris Kaunas con una imagen irreconocible, y Joan Peñarroya no quiso esconderse tras el marcador. “Hemos hecho un partido malo, que no ha estado a la altura de lo que necesitábamos para ganar ante un rival como Zalgiris”, arrancó su valoración, con un tono serio y autocrítico.
El técnico explicó que el equipo arrancó mal y nunca logró reconducir el rumbo. “Sabíamos que ellos siempre dominan el primer cuarto, y así ha sido otra vez. Hemos estado débiles defensivamente en todas las situaciones, sobre todo en el uno contra uno, y muchas pérdidas nuestras han acabado en contraataques de ellos. Siempre hemos ido a remolque.” Esa falta de solidez defensiva fue, para Peñarroya, el hilo conductor del encuentro: “Esa debilidad nos ha impedido jugar con el ritmo que solemos tener. No hemos encontrado nunca nuestro juego.”
El entrenador descartó cualquier tipo de justificación. Ni las bajas ni la exigencia del calendario le sirvieron de consuelo. “Hoy no hay excusas. El rival ha sido mejor, más intenso, con más energía. La frustración que nos ha generado su ataque ha hecho que jugáramos con bajos porcentajes y sin ritmo. Hemos hecho un partido muy lejos de los de la semana pasada. Nos ha faltado energía y mentalidad.”
Preguntado por la ausencia de Youssoupha Fall, Peñarroya zanjó el tema con firmeza. “Hoy me preguntáis por Fall porque estoy aquí, pero los tres partidos anteriores nadie me preguntó por él. No pasa nada con él. Está entrenando bien. Tenemos cuatro jugadores en la posición de cinco, y en cada partido hay decisiones. Cuando ganamos, nadie pregunta por los que no juegan.”
También hubo mención para Joel Parra, uno de los pocos jugadores que mostró intensidad pese a la derrota. “Joel está jugando todos los partidos y tiene su rol. Hoy no es día para personalizar. Si basamos todo en su partido, ¿a quién sentamos? ¿A Toko o a Will? El problema ha sido colectivo.”
Peñarroya subrayó que la clave está en la responsabilidad individual y en la energía que el equipo no mostró. “Nos han superado en muchas acciones, no hemos estado al nivel que requería el partido. Tenemos jugadores que pueden hacer ese trabajo y otros que deben dar un paso adelante. Todo pasa por querer y por energía, y hoy no la hemos mostrado.”
El técnico reconoció que el vestuario está “tocado”, pero recordó que no hay tiempo para lamentarse: “En 48 horas tenemos otro partido. Tenemos que resetearnos, analizar lo que ha pasado y prepararnos para el siguiente. Lo bueno de este ritmo es que nos da la oportunidad de quitarnos el mal sabor de boca rápido.”
Peñarroya también quiso dirigirse a la afición, que expresó su malestar durante el encuentro. “Dar un mensaje después de un partido tan malo es complicado. Entiendo que la gente esté enfadada. Pero los millones no juegan. Hay equipos con presupuestos mucho más altos que el nuestro. Con lo que tenemos, intentamos hacerlo lo mejor posible y optimizar los recursos.”
Pese al tono autocrítico, el entrenador trató de rescatar una pequeña nota positiva: “Me quedo con el último cuarto. Cuando todo estaba perdido, el equipo luchó y defendió con más intensidad. Esa es la dirección que tenemos que seguir.”
Fue una noche gris para el Barça, superado por un Zalgiris más firme y más convencido. Peñarroya lo resumió con una frase que lo dice todo: “Nos han superado en todo. No hay que buscar excusas, sino analizar y mejorar.”
Diseñado por: Fivers Group