«Me decía antes del partido un periodista griego que, si no habías vivido el ambiente del OAKA en los Playoffs de Euroliga, no podías entenderlo. Y le doy totalmente la razón, aunque voy a tratar de darle forma con palabras a lo que es vivir un Game 2 en la guarida del Panathinaikos de Ergin Ataman». Por Alejandro García
Atenas. Crónica de Alejandro García (Twitter: @alexgarcia833)
Los ultras del equipo verde, Gate 13, van entrando desde más de dos horas antes al pabellón, y la temperatura va subiendo, dejando instantáneas para el recuerdo y dando un calor a su equipo con el que es verdaderamente difícil no salir conectado al juego. Y así fue:
8-0 de salida para los de Ataman, con dos triples que obligaron a Luca Banchi a pedir su primer tiempo muerto.
El tiempo muerto surtió efecto y los otomanos se metieron en el partido, pero el segundo arreón ateniense ya no lo pudo parar el Efes, y el tener que aguantar hasta el final del primer asalto dejó un marcador de 29-17, con un Panathinaikos realmente inspirado en el triple, moviendo el balón de maravilla y con un ritmo vertiginoso, aprovechando cada oportunidad de transición.
El mejor termómetro del estado de Panathinaikos en el partido fue ver a Yurtseven dominando la pintura con 8 puntos, triple incluido, precisamente donde se podía esperar una ventaja turca.
Sin embargo, y aunque el dominio fue local en todo momento, el Anadolu Efes logró estabilizar la desventaja y poco a poco fue reduciéndola, con grandes continuaciones tras bloqueo, unido al bajón en el porcentaje desde más allá del arco de Panathinaikos, que estaba por encima del 50% con claridad y acabó la primera mitad con un 6/14. 42-36 al paso por vestuarios en Atenas.
Panathinaikos arrancó de nuevo el tercer cuarto tomando el mando del partido y aumentando su ventaja considerablemente hasta los 13 puntos. Si bien es cierto, la sensación de que Efes continuaba dentro del encuentro se mantuvo presente y, de nuevo, volvió a bajar de los diez, manteniéndose en la brecha.
Efes no desfallecía, y llegó el momento de Elijah Bryant, tan esperado por su equipo: dos tiros libres le permitieron abrir su anotación individual y, posteriormente, anotó un triplazo que enmudeció al OAKA.
El equipo turco se colocaba a solo cinco puntos dentro del último minuto del tercer parcial. Sin embargo, en el templo del actual campeón suceden cosas mágicas con las que no se cuenta en el guion, y un triple recibiendo en el aire sobre la bocina del tercer acto por parte de Sloukas apagó la llama otomana… o eso parecía.
El pabellón arrancaba el último asalto dejando otra estampa preciosa, palmeando al unísono, y Juancho ejecutaba desde el triple. Sin embargo, PJ Dozier primero y Poirier después agarraban a un Efes que mostraba síntomas de guerrero griego que no desfallece y vuelve, como el archienemigo de los del trébol, tantas veces en Europa.
Así entrábamos en los últimos cinco minutos con un 66-62 que mantenía el partido muy vivo en Atenas, y de nuevo el gigante francés achicaba todavía más la renta, a tan solo dos.
¿Y si Efes lo hacía y robaba el factor cancha?
La posibilidad era muy real, tanto que Kendrick Nunn completó un 2+1 de pura raza y talento, y al momento Efes volvió a responder de la mano de Dozier.
69-66, tres para el final. ¿Alguien daba más?
La respuesta era sí, y es que la cosa se iba a apretar todavía más. 73-73 tras un intercambio de golpes y el partido entrando en el último minuto.
Y en ese territorio, muchos talentos supremos en el campo para brillar, pero el que lo hizo fue Shane Larkin. Triplazo descomunal con el defensor encima para enmudecer un OAKA que no daba crédito.
Ergin Ataman dibujó una jugada maestra y Nunn la completó para ajustar el encuentro nuevamente al máximo. Sin embargo, no pudo anotar otra más tras los libres de Larkin, y pese a que tuvo hasta dos oportunidades, el no tener más tiempos no permitió una jugada limpia, y Panathinaikos no pudo llevar el partido a la prórroga ni desatar el delirio en el OAKA.
La táctica del conejo de Don Manel Comas, ejecutada a la perfección por Anadolu Efes, que se llevó el triunfo en el segundo partido en el OAKA, dejando empatada la serie antes de ir a Turquía.
Espectacular derroche de personalidad y resiliencia de los de Luca Banchi para asaltar Atenas y dar un golpe tremendo en la mesa a un Panathinaikos que se queda muy tocado anímicamente tras el segundo partido de la serie disputado en la capital de Grecia.
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